La fiesta de esta temporada llegó a su fin.
Muchas lecciones para algunos bureles, novillos y vaquillas dejó.
Entre otras que los que administran reputaciones no son factor para el Dueño de la Chingada que al final acomoda los carteles a su antojo.
Izucareño, el primo pobre resultó el ganador.
Nachito, Dorinacho, el primo rico de Tecamachalco fue el primer gran perdedor. Fu el sacrificado de la temporada que ahora si quiere sobrevivir tendrá que tranquilizar sus ímpetus y no andar llamando a mantener la llama.
Inmobiliaria, la copropietaria de la ínsula al lado del río que huele feo le faltó baño de pueblo y nunca logró atraer a la afición, apantalló a la crónica pero sin anclar el conocimiento del público conocedor.
Inquietos sin duda los promotores de Dorinacho y de Encuestadora, quienes esperan que sean incorporados por los dueños de la divisa morenista a nivel nacional.
Encuestadora, la que por accidente del destino se convirtió en primera munícipe (en realidad segunda tras Tlaxcalteca) de la tercera ciudad más antigua de Puebla fue la gran sorpresa. Demuestra que sin gastarse las carretadas de dinero y manteniendo contacto con la afición puede garantizarse conocimiento. Los pulques sabor Danonino lograrpn el efecto deseado.
Primo o Zinacatepeño, que optó por arrimarse a la sombra de Académica fue otro ganador, no obstante sus números, pues seguro se arrimará a la sombra de Izucareño.
Texmeluquense la que trabajó para Grupo Modelo tampoco generó mayores expectativas, aunque algún vecino de columna (no más por molestar) casi la indultaba como la vaquilla ganadora en su género.
El Sobrino seguramente tendrá como todos los mencionados premio de consolación.
Doctor, de plano quedó en el limbo, lo cual muestra que después de diciembre nada es igual.
