En medio de un entorno revuelto y volátil, México tendrá que hacer ajustes profundos, aprovechar la ventaja competitiva que tiene al formar parte de América del Norte y corregir los problemas estructurales que han disminuido el potencial económico del país, sostuvo la directora general del IMCO, Valeria Moy.
La representante del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), señaló que el año que entra empezará, aún más en forma, la carrera electoral, es decir, será otra vez tiempo de promesas.
“Ojalá que algunas de ellas tengan asidero en la realidad de México en el mundo y propongan soluciones de largo alcance. México ya no tiene tiempo para seguir perdiendo”, sentenció.
Consideró que hay tantas cosas aún en el aire que los pronósticos para 2023 se antojan —para México y el mundo— imprecisos.
Entre otros factores, la duración de la guerra en Ucrania y el acomodo europeo en términos energéticos aún tendrán impacto global.
Asimismo, la lucha por el poder entre China y Estados Unidos, que en México estamos lejos de entender, moverá más piezas en el ajedrez financiero del planeta, además de la eventual recesión en Estados Unidos, a la que Bloomberg ya le asigna un 100% de probabilidad.
Dicha recesión, acotó, ralentizará el crecimiento económico de economías como la mexicana que estarán un poco a merced de la profundidad y duración de la misma.
Más aún, las condiciones monetarias restrictivas, con tasas de interés por arriba de 10% en el caso de México, tendrán un impacto negativo en el crecimiento del país.