James Scriven, consejero delegado de BID Invest, consideró que el efecto económico que ha sacudido en los últimos doce meses a Latinoamérica no se verá hasta dentro de al menos un año, y apuntan a que será "devastador y desproporcionado".

En declaraciones a Efe, Scriven dijo que pandemia ha sido un huracán que pasó por la región sumándose a la "peor" temporada de huracanes de El Caribe y Centroamérica así como a la crisis migratoria que sigue existiendo en la región.

"Se ha producido una tormenta perfecta y todo el Grupo BID está volcado absolutamente para poder ayudar a nuestros países", declaró.

Consideró que hay una oportunidad muy grande de reequilibrar la economía, pero hay que hacer un trabajo mucho más inclusivo de minorías que no han sido beneficiadas en el pasado.

Indicó que un 20 por ciento de la población latinoamericana es afrodescendiente, por lo que consideró necesario trabajar junto con esas comunidades y proporcionar más acceso a financiamiento.

"Los indicadores señalan el efecto devastador y desproporcionado que está teniendo la pandemia en nuestra región", añadió.

Scriven dijo que la realidad a la que se enfrenta la región es algo que nunca se había producido con anterioridad.

"No hay ningún ejemplo. Ha habido crisis puntuales en algunos países pero nunca en los 26 países que conglomeran el Grupo BID", explicó.

Señaló que los indicadores de pobreza son extremadamente alarmantes, pues 118 millones de mujeres y niñas entrarán en la pobreza a raíz de la pandemia.

Agregó que también hay inversiones de mediano y largo plazo que requieren hacerse y que varios de los países no van tener espacio para poder hacerlo. 

Scriven incidió que mientras que los países empiezan a pasar la página de la crisis sanitaria, con la llegada de las vacunas para combatir la pandemia, "el impacto de la crisis económica no lo hemos visto todavía. En mi estimación el impacto profundo económico lo vamos a ver en el próximo año o 18 meses".