Por: Thomas Karig
En la reunión del Foro Económico Mundial en enero en Davos, el tema fue la Cuarta Globalización. Klaus Schwab, fundador y presidente del foro, en este contexto hace una reflexión interesante: “La Globalización es un fenómeno impulsado por la tecnología y el movimiento de ideas, personas y mercancías.
Por otro lado, el Globalismo es una ideología que le da prioridad a un orden global neoliberal sobre los intereses nacionales.” Su llamado es a no cerrar las economías con proteccionismo y políticas nacionalistas, sino forjar un nuevo pacto social que dé al ciudadano la suficiente seguridad para permanecer abierto al mundo.
La reflexión es relevante porque lo que enfrentamos hoy es una nueva fase de la globalización.
La primera fase de la globalización se da en el siglo 19 y termina con la 1ª Guerra Mundial. La caracteriza la reducción de los costos de transporte de mercancía a través del barco a vapor y del ferrocarril.
Después de la 2ª Guerra, inicia la segunda etapa, donde instituciones internacionales con las Naciones Unidas, el FMI, el banco Mundial y finalmente la OMC regulan el comercio internacional tratando de equilibrar las fuerzas del mercado con los impactos sociales.
Cuando cae la cortina de hierro, y los países del bloque socialista e incluso China se suman al intercambio comercial, inicia la Globalización 3.0. La caracterizan las cadenas de valor que traspasan fronteras, en una combinación de alta tecnología con bajos salarios que hacen que migren las fábricas para surtir los mercados con productos cada vez más accesibles.
La presente polémica sobre este fenómeno hace pasar desapercibido que ya comenzó la cuarta etapa de la globalización. Hoy en día, la tecnología informática hace posible que también los servicios traspasen fronteras y se proporcionen a distancia.
Los datos nos indican que efectivamente la exportación de bienes manufacturados ha reducido su participación en la producción total de bienes. Por el contrario, el crecimiento de los servicios que se ofrecen globalmente es evidente, pero mucho más difícil de cuantificar. Se estima que hoy ya un 50 por ciento del comercio transfronterizo está relacionado con los servicios.
¿Qué significa esto para industrias como la automotriz y países como México?
La industria automotriz se ha regionalizado, y las exportaciones se dan principalmente entre países vecinos. Tal es el caso de Europa, Norte- y Sudamérica. Y es un hecho que cada vez se requieren menos personas para fabricar un auto, pero estas son cada vez más especializadas.
México, en base al extraordinario crecimiento de su industria, no solo la automotriz, califica hoy dentro del grupo de países a nivel global cuya principal exportación son productos de alta tecnología. Esta categoría la comparte con Alemania, Italia, Japón y Corea del Sur. Pero en la cuarta globalización, los ganadores serán los países que ya tienen sectores muy competitivos de servicios, como son los Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Suecia.
México todavía podrá, por un tiempo, sacar provecho de su fortaleza industrial, pero cada vez más habrá que enfatizar la creación de infraestructura y de formación de capital humano del sector servicios para competir exitosamente también en esta nueva etapa del mundo globalizado.
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