Por: Thomas Karig
Elon Musk, el fundador y presidente de la empresa Tesla, tiene fama de anunciar proyectos visionarios que después resultan más bien ser ciencia ficción. Seguramente no pondrá a un hombre en Marte en 2025, como prometió alguna vez.
Pero su reciente anuncio de construir una planta de baterías y automóviles eléctricos en Alemania sacudió a la industria automotriz, sobre todo a la alemana.
La sorpresa estaba marcada en las caras de los grandes jerarcas automotrices reunidos en Berlin para recibir los galardones a los mejores automóviles del 2019 por parte de la revista Autobild. Porque también asistió Elon Musk para recibir el premio al mejor auto mediano para el modelo Tesla 3, relegando al segundo y tercer lugar a BMW y a Audi. Y por supuesto, aprovechó este momento para soltar la noticia.
Que Tesla construya una planta de automóviles en Alemania, contradice la estrategia de las empresas automotrices de las últimas décadas de buscar preferentemente los países de bajos costos laborales para sus proyectos de expansión.
México es uno de los países que hasta ahora se beneficiaron con esos proyectos. Pero el planteamiento de Musk tiene su lógica, y responde a la profunda transformación que estamos viendo, en el diseño y en la fabricación del automóvil. En las fábricas del futuro, el factor del costo laboral va a jugar un papel cada vez menos importante, porque la mayoría de los procesos van a estar totalmente robotizados.
Por el contrario, el diseño y la operación de estas fábricas requiere de personal altamente especializado que sin duda en Alemania está disponible. Tan sabe esto Elon Musk que ya ha contratado en el pasado a varios ingenieros alemanes para su fábrica en los Estados Unidos.
El otro móvil para instalarse en el corazón de Europa es que la Unión Europea va a ser uno de los mercados donde los autos eléctricos van a tener una demanda creciente, respondiendo a una normatividad de emisiones cada vez más estricta.
Que los lectores de Autobild hayan premiado a Tesla por encima de BMW y Audi es una clara señal de la ventaja competitiva que Musk ha logrado en segmento premium, donde las empresas tradicionales todavía no tienen mucho que ofrecer en cuanto a nuevas tecnologías.
Con la misma lógica, Musk inició en diciembre 2018 la construcción de una planta en China, y reporta que solo un año después ya está produciendo los primeros autos, otra hazaña inaudita en el mundo de la industria automotriz.
Por eso, no hay que descontar que la fábrica en Berlin empezará a fabricar el nuevo Tesla SUV en 2021, como anunció Musk. El Ministro Presidente de la provincia de Brandemburgo está feliz, y seguramente conseguirá incentivos millonarios para el proyecto.
Los que decían que Musk iba a fracasar porque no sabe ni diseñar ni producir autos, tendrán que reconsiderar. Aunque de repente, también hay anuncios de Tesla que salen contraproducentes, como la reciente presentación de la pick-up con cristales supuestamente blindados que se rompieron durante el propio evento, impactando a la acción de la compañía con una caída de más de 6%.
Si bien es cierto que Tesla todavía tiene que demostrar que es capaz de generar utilidades sostenibles, no cabe duda de que está a la delantera de la disrupción en la industria automotriz. El anuncio de la nueva planta es otro llamado a las empresas tradicionales de moverse más rápido si quieren tener un lugar en la industria del futuro.
