Cambio generacional, desafíos para las empresas familiares

De acuerdo con el estudio “Situación y Progreso de las Empresas Familiares para lograr su Continuidad” el 44 por ciento de las empresas encuestadas están en riesgo de no subsistir debido a la acumulación de malas prácticas que, si no se corrigen, terminarán por viciar la dinámica familiar y propiciar la desintegración del negocio.

No obstante, la mayoría de las familias empresarias buscan mejorar y revertir la situación y lograr más, ya que el estudio indica que 24 por ciento de las empresas participantes presentan un nivel adecuado de progreso, mientras que 32 por ciento tienen temas pendientes por resolver para lograr su continuidad y armonía a mediano plazo.

Al presentar el documento del Centro de Investigación para Familias de Empresarios, CIFEM–BBVA del IPADE Business School  Ricardo Aparicio Castillo, director del Centro de Investigación para Familias de Empresarios, consideró necesario que las empresas familiares puedan aprender a transitar de manera exitosa por los cambios generacionales y aumentar las posibilidades de afianzar su continuidad en el tiempo.

“Desde el CIFEM-BBVA buscamos crear espacios de reflexión y aprendizaje para las familias que buscan la continuidad de la empresa a través de las generaciones; además de contribuir al impulso de una adecuada institucionalización, profesionalización y desarrollo del buen gobierno en la empresa familiar”.

Dentro de los resultados del estudio destaca que el cambio generacional y los consiguientes relevos en las posiciones de liderazgo están entre los mayores desafíos para las empresas familiares. Planear y ejecutar a tiempo la sucesión en todas sus dimensiones es una tarea que no conviene aplazar.

La institucionalización de los órganos de gobierno y la profesionalización de la empresa son elementos fundamentales en esta etapa.
 
Los procesos de sucesión entre generaciones aún son el mayor reto que enfrentan las organizaciones familiares, sobre todo en el traspaso de la primera a la segunda generación, aunque también de la segunda a la tercera.

Lo que sucede a menudo es que las fórmulas aplicadas que funcionaron bien en el primer relevo generacional no siempre funcionan en el siguiente.

Respecto a la perspectiva positiva sobre su futuro como empresas familiares, 30% se coloca en un rango óptimo que coincide con el porcentaje de empresas que típicamente se espera garanticen su continuidad.

En contraste, 70 por ciento de las familias está a tiempo de revertir una tendencia que se avizora en su contra.

El estudio muestra que este ámbito ofrece una mayor ventana de oportunidad, debido al grado de incertidumbre que se crea alrededor del momento del cambio de estafeta. De las familias que respondieron, 40 por ciento está en riesgo de complicar su supervivencia empresarial por no determinar los tiempos del proceso ni dar certezas a todos los involucrados.
 
En el tema de la institucionalización es en el que más riesgos se anticipan, debido a que sólo 16 por ciento de las empresas manifiesta estar en orden en este rubro; 53 por ciento requiere trabajar intensamente en el tema, y 31 por ciento presenta áreas de oportunidad.
  
Por otro lado, el estudio muestra un avance positivo en el tema cultural, ya que 49 por ciento de las familias empresarias se empeña en fortalecer su cultura y valores, mientras que solo 6 por ciento tiene dificultades para hacerlo. El resto 45 por ciento debe redoblar esfuerzos.
 
En cuanto al perfil de los líderes de las empresas familiares, 58 por ciento de los participantes pertenece a la primera generación; 31 por ciento a la segunda y 11 por ciento a la tercera.

Llama la atención el porcentaje tan bajo de mujeres 9 por ciento en cargos de autoridad, un área importante de oportunidad en este tipo de organizaciones. El 91 por ciento es liderado por hombres.
 
También destaca la existencia de 45 por ciento de líderes mayores de 60 años, muestra de que, sin duda, el retiro no depende de llegar a una edad mayor y simplemente “irse”. No obstante, es un tema fundamental que debe gestionarse con antelación para asegurar la continuidad de la empresa.
 
El estudio del CIFEM – BBVA, revela que pese al contexto económico las empresas familiares participantes reportan progreso y crecimiento en su patrimonio en los últimos tres años, 77 por ciento indica que han mejorado en sus ventas, 11 por ciento dice que han empeorado y 10 por ciento que se mantiene igual.

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