La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) redujo su pronóstico de crecimiento para México a dos por ciento para este año, lejos del 2.5 por ciento que tenía previsto en noviembre, al considerar el impacto en el PIB de la desaceleración mundial y la incertidumbre de los inversionistas por eventos externos y locales.

El organismo pronóstico para el año entrante en 2.3 por ciento, debajo del 2.8 por ciento estimado por ellos mismos hace cinco meses.

Con la nueva previsión, la OCDE mantiene la onda expansiva de recortes sobre las expectativas del desempeño de la economía tanto del mercado como de organismos internacionales, que inicio en enero. Se empareja en la pronóstico del Banco Mundial y se encuentra ligeramente debajo del pronóstico que trae el Fondo Monetario Internacional (FMI) que considera que es posible crecer este año a una tasa de 2.1%, al considerar el impacto que tendrá en las inversiones la incertidumbre política y las tensiones comerciales.

Al publicar su Panorama económico intermedio, economistas de la entidad advirtieron sobre elementos que pueden contrarrestar el panorama bajista, como son la subida del salario mínimo y los planes del gobierno para impulsar la inversión en infraestructura pública. De ahí el estimado repunte que podría darse para el año entrante.

No obstante, México navegará en un contexto mundial de menor desempeño, pues los inversionistas se verán afectados por la incertidumbre política, particularmente en Europa, y por las tensiones comerciales, sobre todo entre China y Estados Unidos, que son las primeras economías del planeta.

Según la Organización, el PIB mundial conseguirá una expansión de 3.3 por ciento este año, y de 3.4 por ciento para 2020.