René Sánchez Juárez
Este fin de semana se llevaron a cabo elecciones en Paraguay para elegir a su presidente para un periodo de cinco años, la historia política de este país sudamericano es sui géneris, ya que, a diferencia de las transiciones latinoamericanas hacia la izquierda, los resultados de la votación ratificaron al partido Colorado como vencedor de la jornada electoral y con ello continuarán con un partido conservador en el poder.
Con el 99% de los votos contabilizados, el candidato del partido Colorado Santiago Peña obtuvo el 43%; mientras que el candidato de una coalición centro-izquierda Efraín Alegre, sólo el 27%. El sistema electoral es muy similar al nuestro, una sola vuelta electoral y gana el que tenga la mayoría de votos.
Pareciera que la historia del partido Colorado se asemeja a la del Revolucionario Institucional de nuestro país, sólo que allá han sido más institucionales y antepuesto el poder del gobierno antes que las luchas internas. Y es que Peña fue ministro de Hacienda del presidente, tal como lo fue Meade y Alegre estaba en su tercer intento de llegar a la presidencia de Paraguay, así como fue López Obrador en 2018.
Lo que llama más la atención de esta elección es el control que tiene el partido Colorado fundado en 1887, que gobierna Paraguay desde 1947, sólo con una derrota en 2008 y que enjuició a su presidente Fernando Lugo para retomar el poder en 2013.
En 1947 el dictador militar Alfredo Stroessner tras la guerra civil, y los colorados retoman el poder hasta 1989, instaurando una dictadura militar de 35 años, con fraudes electorales, prohibición de partidos de oposición y personas desaparecidas. Con todos estos antecedentes, el golpe de Estado en 1989 que terminó con su régimen de abusos y corrupción fue orquestado por su consuegro el general Andrés Rodríguez quien también era colorado.
La lealtad que le tiene la ciudadanía al partido colorado explica el historiador Chamorro “No importa quién sea el candidato, no importa su currículum o que sea un delincuente, (…) El voto de identidad se va a mover hacia ahí, sin ningún problema”
La popularidad del partido Colorado, es abrumadora, más del 50% de la población está afiliada o simpatiza con él, y es que desde los años de la dictadura el partido funcionaba al mismo nivel que el gobierno, a veces sustituyendo actividades lo que generaba en la ciudadanía una cercanía.
Incluso el gobierno de los Estados Unidos acusó al expresidente Horacio Cartes de tener vínculos con Hezbolá, grupo terrorista de Irán y sancionado por el Departamento del Tesoro para no usar el sistema financiero de EE.UU.
A pesar de ello, su ministro de Hacienda ha ganado las elecciones bajo el nombre del partido Colorado, de su historia de dictadura, de sus desapariciones.
Paraguay es el último bastión de los gobiernos latinoamericanos de represión, con todo y las alternancias que se dan en toda la región, lo que se convierte en un fenómeno que más de un partido como el PRI envi
