Reforma al 100% en pensiones no es recomendable fiscal ni socialmente

Una reforma al sistema de pensiones que busque lograr 100% de tasa de reemplazo no es recomendable fiscal, ni socialmente, luego que representará un costo de 430 mil millones de pesos en 2025 (1.3% del PIB), y aumentaría rápidamente hacia 2% del PIB en menos de diez años, advirtió Citibanamex.

El área de estudios de Citibanamex en su perspectiva semanal estimó que al paecer se mantendría el sistema mixto actual de pensiones.

Estimamos excesivo buscar que una pensión alcance un nivel equivalente a 100% del último salario del jubilado, tanto en sí mismo, como porque es muy caro fiscalmente y hay otras necesidades apremiantes de gasto social, señaló el analista de Citibanamex, Sergio Kurczyn.

Una modalidad modesta del objetivo delineado supone un costo fiscal adicional a corto plazo de 1.3% del PIB cada año, que crecería hacia 2% en menos de diez años.

El presidente busca que esa pensión mensual sea de un monto equivalente al salario mensual del pensionado al final de su vida activa, es decir, ha hablado de una tasa de reemplazo de 100 por ciento y también ha dicho que el sistema de Afores no sería modificado y que el costo sería asumido, total o principalmente, por el gobierno.

Entonces, añadió el análisis, es probable que siga la línea de la reforma del 2020 que, a su vez, respetó los principios de la transformadora reforma de 1997 al sistema de pensiones del IMSS, y la de 2007 del ISSSTE. Aunque los partidos de oposición no conocen los detalles de la propuesta, ya han señalado que la apoyarán, lo cual hace factible que se apruebe, incluso como reforma constitucional.

En ese contexto se desarrollaron análisis de estimaciones ilustrativas de los "dilemas" que esta propuesta enfrenta, en los cuales se observa que los costos fiscales exclusivamente adicionales a los ya son previsibles en la situación actual podrían representar 430 mil millones de pesos en 2025 (1.3% del PIB), y que aumentarían rápidamente hacia 2% del PIB en menos de diez años.

En conclusión, observa que la propuesta no tiene sentido si no se focaliza y justifica a qué trabajadores se quiere ayudar, reconociendo los sesgos actuales de la política social (apoyos a personas de la tercera edad, abandono de la niñez, pagos en efectivo en lugar de dotación de servicios de calidad).

Ello toda vez que pretender una tasa de reemplazo de 100% es excesivo cuando se observa lo que otros países hacen y cuando se reconocen las muy diferentes necesidades entre personas de la tercera edad y las más jóvenes. Sobre todo, expone Kurczyn, debe reconocerse que el gran problema de los sistemas de pensiones en México es la magnitud del sector informal, que da al traste con los años de cotización que una persona realiza durante su vida laboral: el trabajador típico sólo cotiza la mitad de los años que trabaja.

Y es que en México la pensión universal para la tercera edad fluctúa en tres mil pesos mensuales, lo cual representa cerca de 20% del salario promedio de los asegurados por el IMSS, que es de poco más de 16 mil pesos mensuales.

El cálculo es que en 2063 el trabajador de salario promedio se podría jubilar con una tasa de reemplazo de entre 57% y 68 por ciento.

De hecho, con la ley de 1997, para un trabajador que gana el salario promedio y que ha cotizado 25 o más años, representa 52% de su salario y, si cotizó 20 a más años, 39%. Hay que destacar que los que tienen menos de 20 años de cotización no tendrán derecho a una pensión mínima a partir del 2030, esto es alrededor de la mitad de la población asegurada, advirtió.

Concluyó que se requiere de una visión más equilibrada de las modalidades del gasto social, y de un enfoque para enfrentar la existencia del sector informal y la movilidad de los trabajadores entre formalidad e informalidad.

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