Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA, destacó que la pérdida del grado de inversión es evitable si se implementan medidas fiscales expansivas para amortiguar los efectos de la actual crisis.

Dijo que para mantener las calificaciones dentro del rango de grado de inversión se requiere actuar en dos grandes líneas estratégicas: i) anunciar y aprobar una reforma fiscal que ataque el problema crónico de baja recaudación tributaria que tiene el país y que entre en vigor una vez superada la contingencia o al inicio del cuarto año del sexenio; y ii) cambiar el modelo de negocio de Pemex.

Explicó que en cuanto a la primera línea, hay bastantes oportunidades de aumentar la recaudación sin tener que aumentar las tasas impositivas (aunque sería deseable tener un esquema de impuesto sobre la renta más progresivo).

Agregó que para combatir la elusión y evasión fiscales, podrían introducirse incentivos para que los A  gobiernos locales recauden impuestos como el predial y la tenencia y eliminar exenciones al cobro del IVA, mientras que en Pemex se debería de reducir la actividad de refinación en la que la empresa pierde grandes sumas de dinero y reactivar los mecanismos de inversión conjunta con el sector privado, de manera que ya no recaiga toda la carga de financiar esas inversiones sobre el gobierno federal.

"No se tiene que perder el grado de inversión, todavía es tiempo de actuar", señaló en su análisis económico. 

 Después que en las últimas semanas ha crecido el número de alertas acerca de la posibilidad de que la calificación crediticia de México caiga por debajo del grado de inversión y en ausencia de medidas significativas, esto ocurrirá ya sea el año próximo o en 2022, habría consecuencias económicas negativas, pues resultaría en un aumento del costo de financiamiento para gobierno, banca, empresas y hogares.