Hasta 82 por ciento de clientes con activos invertibles de 12 a 60 millones de dólares (360 millones a mil 200 millones de pesos mexicanos), han preguntado a sus asesores financieros sobre la inclusión de criptomonedas, como Bitcoin, en sus carteras durante los últimos 12 meses, a pesar de que el mercado está experimentando un año difícil en 2022, según los resultados de un estudio realizado por deVere Group.

La encuesta de una las organizaciones independientes de asesoramiento financiero, gestión de activos y fintech más grandes del mundo, revela que el 82 por ciento de los clientes con activos invertibles buscaron asesoramiento sobre criptomonedas.

Nigel Green, director ejecutivo y fundador de deVere Group, señaló que en 2022, el criptomercado tuvo su peor desempeño desde 2018, con Bitcoin, el líder del mercado que acapara los titulares, cayendo alrededor de un 75 % durante el año, luego que los inversores redujeron su exposición a los activos de riesgo, incluidas las acciones y las criptomonedas, debido a las mayores preocupaciones sobre la inflación y el crecimiento económico más lento.

"Sin embargo, en este contexto del llamado 'invierno criptográfico', los clientes con alta liquidez en activos a invertir buscaban constantemente el consejo de sus asesores financieros sobre la inclusión de monedas digitales en sus carteras".

Continúa: “Curiosamente, este grupo típicamente más conservador no fue disuadido por el mercado bajista y las condiciones adversas del mercado. En cambio, buscaban comenzar a incluir o aumentar su exposición a las criptomonedas.

Estimó que esto sugiere que estos clientes de alto valor neto son cada vez más conscientes de las características inherentes de las criptomonedas como Bitcoin, que tiene los valores fundamentales de ser digital, global, sin fronteras, descentralizada y a prueba de manipulaciones.

“Los inversores ricos entienden que las monedas digitales son el futuro del dinero y no quieren quedarse en el pasado”, concluyó, al apuntar que se ha visto un aumento constante en el interés expresado por los inversores institucionales, incluidos los gigantes de Wall Street, que aportan más capital, influencia y confianza al sector.