El trabajo doméstico requiere un esquema de seguridad social permanente e introducir incentivos y prácticas innovadoras para aumentar la cobertura; además, se necesita una figura con financiamiento fiscal que permita reducir costos.

Lo anterior forma parte de las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) como parte del análisis sobre el “Programa Piloto para la Incorporación de Personas Trabajadoras del Hogar”, que se realizó de forma conjunta con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Reconoció que el gobierno mexicano ha realizado diversos esfuerzos para dignificar el trabajo del hogar remunerado en el país.

La OIT propuso  introducir medidas para generar valor adicional a las personas trabajadoras del hogar inscritas en el IMSS: boletos subsidiados para el transporte público, cursos de capacitación, programas de educación formal, préstamos y descuentos comerciales.