Inversión fija bruta en México por debajo del 2019

La inversión fija bruta se encuentra 2.1% por debajo del nivel de enero de 2019, cuando iniciaba esta administración, aunado a que se traía ya una tendencia decreciente por la incertidumbre en el sexenio previo sobre la ratificación del acuerdo comercial con Estados Unidos y México, conforme BBVA Research México.

Sin duda es preocupante porque el que la inversión no haya crecido en más de cuatro años resultará en un menor crecimiento económico en el futuro, señaló el analista senior de BBVA Research México, Carlos Serrano.

Estimó que hay dos factores principales que explican este mal comportamiento de la inversión, debido al “cambio de las reglas del juego” que genera incertidumbre y el comportamiento de las tasas de interés.

Sentenció que algunas políticas públicas han generado incertidumbre entre los inversionistas dejando la impresión de que los contratos no necesariamente se respetan y que las reglas del juego pueden cambiar arbitrariamente después de realizadas las inversiones. Esto, añadió, ha ocurrido sobre todo en el sector energético, poniendo en entredicho el Estado de Derecho.

El segundo factor es que, desde hace ya más de un año, se cruza por un entorno de tasas de interés reales restrictivas, agregó.

Explicó que uno de los determinantes más importantes de la inversión es la tasa de interés: mientras mayor sea, menor será la inversión que realicen las empresas.

Delimitó que esta debilidad de la inversión comenzó desde la administración anterior, primero con una disminución de la inversión pública y después porque la elección presidencial en Estados Unidos en 2016 trajo elevada incertidumbre en torno al futuro del Tratado de Libre Comercio, resultando en un estancamiento de la inversión privada.

Lo anterior ha significado que la inversión total en el país haya pasado de un 22.2% del PIB en 2012 al 19.1% (16.5% privada y 2.6% pública) al cierre del 2022.

De la inversión que se lleva a cabo en México aproximadamente 88% es nacional y 12% proviene del exterior.

En ese contexto, acotó que para que el país logre aumentar el crecimiento potencial a niveles que permitan reducir la pobreza de forma relevante se requiere que la inversión sea de al menos 25 por ciento del PIB.

Abundó que países como Singapur, Taiwán y Corea del Sur, que en el último medio siglo lograron pasar de economías emergentes a desarrolladas, tuvieron en promedio tasas de inversión mayores al 25% por varias décadas.

Si analizamos el comportamiento de la inversión por componentes en los últimos años emerge un patrón interesante, pues, sus componentes han tenido trayectorias muy distintas: mientras que la construcción está 12.5% por debajo del mencionado nivel, la adquisición de maquinaria y equipo nacional registró un alza de 6.5% y de 16.4% en el caso de las importaciones con una aceleración notable en los dos últimos años.

Esto, es una señal de que el nearshoring o la relocalización están empezando a tener efectos en el país, pero debido a que los inversionistas, extranjeros y nacionales, que ya están operando en el país y que saben navegar mejor el actual entorno político, son quienes más se animan a invertir (adquiriendo bienes de capital) y a expandir su producción aprovechando más intensivamente sus plantas existentes, mientras que aquellos que aún no tienen presencia en el país tienen dudas para hacerlo.

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