La balanza comercial agropecuaria y agroindustrial redujo su superávit en 44.5 por ciento entre enero y septiembre del 2020 y el mismo periodo del 2022, no obstante que desde 2015 refleja saldo a favor entre las exportaciones e importaciones.
El Presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola de las Naciones Unidas (FIDA) exhortó a respaldar en el largo plazo a los productores en pequeña escala que, pese a ser esenciales para la seguridad alimentaria, siempre salen perdiendo en la respuesta al cambio climático, los conflictos y el vertiginoso aumento de los precios.
El 78 por ciento de la producción porcina nacional se concentra en cinco entidades -Jalisco, Sonora, Yucatán, Puebla y Guanajuato-, que operarán una estrategia de regionalización para consolidar territorios libres de peste porcina africana en el país.
Los pequeños productores son esenciales para la seguridad alimentaria mundial, sin embargo, solo reciben el 1.7 % de la financiación para el clima, a pesar de que producen una tercera parte de los alimentos que consumimos en el planeta.
La temporada de ofrendas y altares para conmemorar a los muertos suma seis mil 774 hectáreas de flores que desde septiembre empiezan sus primeros cortes.
De acuerdo con datos de Agricultura, cada año la industria avícola produce más de 3.6 millones de toneladas de carne de ave y casi tres millones de toneladas de huevo, con valor cercano a los 200 mil millones de pesos, por lo que se desarrollan protocolos para evitar casos de influenza aviar de alta patogenicidad IAAP AH5N1.
En este momento, no existen casos confirmados en la parvada comercial de influenza aviar, por lo que la producción mexicana de pollo, huevo y pavo, se encuentran en condiciones normales, sostuvo la Unión Nacional de Avicultores.
Técnicos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural confirmaron un caso de influenza aviar de alta patogenicidad AH5N1. El aislamiento se realizó en un halcón que se alimentaba de aves silvestres en la cuenca del río Lerma, que murió a causa de la enfermedad.
Por su alta aportación proteínica al cuerpo humano, el amaranto, cuyo nombre en náhuatl, huahtli, significa “la partícula más pequeña dadora de vida”, debe considerarse un alimento altamente nutritivo y no sólo una golosina, consideró la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.
